miércoles, 15 de abril de 2015

Poemas de Hayat Saif (Traducción de Raúl Jaime Gaviria)

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 184, abril de 2015
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo




Poemas de Hayat Saif (Bangladesh)
Traducción de Raúl Jaime Gaviria
Inéditos en español
De Selected Poems

Limbo

Mi corazón da un salto para besar el cielo en profundo
El útero del mar circundado de ostras
La brisa cruje a través de las pequeñas ramas de los pinos
La sed punzante en el seno armado de la juventud
El viento loco entreteje la inmensidad
En el mudo y no vaporoso cielo azur
Un jabalí salvaje se enfurece en mi corazón
Se revela por un hormigueo seductor

Un esbelto riachuelo cercano al horizonte
Refleja un sol airado y deslumbrante
Se pierde a sí mismo en sinuosos y tortuosos recodos
¿Quién colma al cielo etéreo con un llamado de trompetas?

Como una siniestra serpiente
El riachuelo se desliza en contorsiones y espirales
Su aliento envenenado a través de un conjuro mágico se torna
Melódica sombra de extraño aroma

De repente el relámpago destella a través del cielo
Y se desgarra en jirones en la brevedad de un segundo
Como en una vasta descarga volcánica
El horizonte se humilla, gigante decapitado

Las raíces colapsadas de una derrota absoluta
Relucen a través del monzón escarlata
El cielo lloroso gobernado por el rayo rojo
Maldice con furia al voluptuoso valle de abajo

Luego una inmensa conmoción acuática de amplias expansiones de rosa
Una negra corona enmascara cada nicho de luz
Hasta allí los oídos ensordecidos por un estallido de trueno
La serpiente arroja de nuevo su veneno amarillo

En sueños de insomnes noches de conciencia
Fue puesto en escena un desconcertante otoño de desgracias
¿Es por esto, por nada,
Que este momento derrite el húmedo corazón del ser?



Dentro de toda la Creación

Dentro de mi nacimiento
Existe mi muerte
En medio de la distancia duerme
Mi inocente cercanía
En mi deseo de renacer
Abrazo continuamente la muerte
Busco mi venganza, células regeneradas
continúan viciadas al arribo del día.

En esencia a veces me pregunto acerca del Uno
Y de sus formas de revertir la continuidad
Luego de mi exhausto fin liberador.

Sí, es completamente cierto que
Entre nosotros nadie es culpable
Por nuestro indiferente presente
Y por un angustioso y terrible nacimiento.

En medio de este excitante y temeroso vacío
Yace nuestra limitada existencia.
La esencia que no podemos conocer.
Aun así, vivimos, soñamos, hacemos planes...
Cada día viene con su carga incontable de muerte...

Muerte desde la cercanía de mi infancia
Muerte mientras era desgarrado del vientre de mi madre.
Muerte cuando mi amigo me expulsó de la amistad.
Muerte cuando fui separado del abrazo amoroso

Mi tímido mundo me circunda de sueños y muerte
Mientras estos se toman de la mano con el nacer



Alguien aún existe

Existe alguien al otro lado de este silencio
alguien más allá de esta inmediata existencia
tal vez no se encuentre exactamente ante nuestros ojos
o quizás ni siquiera lejos.
Permaneciendo muy cerca
palpitando en las venas de la garganta
Es así como uno perdura viviendo en el corazón
en la profundidad del alma, desconocido a otros
siempre fiel a su propia naturaleza
Luz y sombra en juego continuo
alrededor de la visión panorámica
puedo escuchar desde nuestro patio cristalino
el balanceo de los pájaros sobre las copas de los árboles
En lo profundo de esta atmósfera alguien vive
Quizás muy lejos y sin embargo tan cerca
visitando nuestro aliento innumerables veces
alguien se encuentra al borde
de nuestra existencia cotidiana
parece morar allí, desconocido a los otros,
y parece sentirse en casa
nuestro doble yo tras nuestra cotidianidad
absolutamente distinto a esta vida, alguien permanece
encumbrado en la zona antípoda

aquel que vive más allá de la visión
vive aún ante nuestros ojos.




Oh querida madre

De Daughter Of My People Sing Su nombre pende de los alrededores
Como una brumosa canción medio olvidada
El eterno nombre pronunciado
En variedad de formas y multiplicidad de signos.
Esto sucede también en tiempos en que
Una tormenta se apodera del mundo, tan sólo por un simple nombre.
Su nombre de eco profundo en la tierra extranjera
Que adentro es creada
Fulgura impúdicamente en algunos egocéntricos apartamentos privados.

Su nombre, expuesto en vallas y pendones.
Gruesa y delicada alfombra en el vestíbulo de un elegante hotel.
Aires acondicionados.
La barbada sabiduría pronuncia su santo nombre a continuación.
¡Estetoscopio que retorna del Medio Oriente, regla de cálculo, portafolio!

Como un canto. Su nombre es pronunciado
En lujosos salones sociales
La fuerte fragancia de Channel Número Cinco
En una fatigosa noche
Y la pura locura del champagne.
Collar de leche, cantos a su nombre.
Ecos en papel periódico. Fluctuante escenario
Y la por siempre famosa cinta roja

Mientras la noche lentamente se toma una aldea descolorida
En una tierra lejana
Una delgada e indefensa sonrisa resplandece
En sus ojos indulgentes
Ella perdona, de nuevo,
A sus hijos extraviados. 

miércoles, 8 de abril de 2015

Dos poemas de Breyten Breytenbach

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 183, abril de 2015
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo



Poemas de Breyten Breytenbach (Traducciones de Raúl Jaime Gaviria)

Amenaza del enfermo

Señoras y señores, déjenme introducirlos a Breyten  Breytenbach,
el hombre delgado de suéter verde; él es devoto
y refuerza y martillea su cabeza oblonga
para fabricar un poema para ustedes   por ejemplo:
Tengo miedo de cerrar mis ojos
No quiero vivir en la oscuridad y ver lo que pasa
los hospitales de París están atestados de gente pálida
de pie ante las ventanas haciendo gestos amenazantes
como ángeles en el horno
está lloviendo las calles desolladas y resbaladizas
mis ojos se almidonan
en un día mojado como este ellos/tú me habrán de enterrar
cuando las tierras herbosas sean negra carne cruda
las hojas y las flores hastiadas crepitantes y manchadas de humedad
antes de que la luz pudiese roerlas,  el cielo suda sangre blanca
mas yo me negaré a enjaular mis ojos
arranca mis alas óseas
la boca es demasiado secreta para no sentir dolor
lleva botas a mi entierro para escuchar el barro
besando tus pies
semejantes a negros capullos los estorninos
sacuden sus traslúcidas y  suaves cabezas
los árboles verdes son monjes, murmurando
plantadme en una colina cerca de un estanque bajo los dragones
permitid a los furtivos patos amargos defecar en mi tumba
en la lluvia los gatos son poseídos por las almas de locas aunque astutas mujeres
miedos miedos miedos con incoloras cabezas diluviadas
y yo me negaré a confortar (aliviar) mi lengua negra
Miren él es inofensivo, tened misericordia de él

De Lewendood - 2.16
(Pretoria - Cuando la lluvia cuelga del cielo)

Cuando uno del servicio civil cae como llovido del cielo
se inclina contra una tarde de verano hundiéndose
como huellas de coche, como fósforos
que palpitan y después son asesinados y
arden lentamente -
luego, detectives se agachan hacia sus maletines para
guardar sus revólveres de servicio y portacomidas
(mañana las migas serán sangrientas)
aquietan los abanicos de palma
van y se paran ante la ventana    atentamente miran y dicen:
está lloviendo”
y aquí arriba en la prisión
hay un cuadrado de tierra
ventilado entre las paredes grises y altas
con el olor amargo y duro de algo húmedo
que se está quemando (¿o algo quemado
que lo están rociando?)
chilla una gaviota sus patas chamuscadas
y bandidos que esperan a que ella aletee
hacia las rejas
olfatee los pasajes de aire y diga:
¿Acaso llueve?

sólo después las flores empiezan a humear

miércoles, 1 de abril de 2015

¿Contradicciones electivas?

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 182, abril de 2015
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo


¿Contradicciones electivas?
Por Hernán Botero Restrepo


Quiero contar aquí que yo fui amigo de un estalinista en mis años aún mozos, de que era estalinista me enteré ya con el tiempo y con su propia ayuda.  El amigo de quien hablo O.G. era el más extraño de los estalinistas y un solo ejemplo basta para demostrarlo: en unas vacaciones que pasé en su casa, caminábamos por entre las araucarias, ciertamente muy bellas del parque de Santa Rosa de Cabal, Risaralda, Colombia. De pronto, se oyeron voces de niños y de adultos, de hombres y mujeres que gritaban cosas como estas:  

¡Trotsky, Trotsky, ven acá, vas a volver pedazos el zapato de la niña!.

Ante esto mi amigo me replicó indignado:

deberían mostrar respeto por un camarada cuya posición política era incorrecta pero que al fin y al cabo era un revolucionario, y no hay porque negarlo, todo un escritor al lado de Stalin.

 Pero O. lo interpelé. ¿No es acaso más grave que Stalin haya dado la orden de asesinar a Trotsky? Mi amigo se quedó en silencio, y luego me dijo:

Stalin tomó una decisión equivocada, pero lo hizo por los más justos motivos.

Desde ese día me fui distanciando de O. y hoy lo recuerdo no solo por su posición frente al crimen que cometió Ramón Mercader (a instancias de su madre Caridad, lo que lo hizo decidirse a dar muerte al autor de “Mi vida”. Orden que recibió la madrecita desde Moscú y de modo inapelable del propio Stalin) sino  por sus amplios conocimientos en lingüística y por su fino humorismo, además de sus análisis radicalmente estalinistas con respecto a todos los fenómenos de la vida y la sociedad.

Y a propósito de Stalin y también de Hitler quiero apuntar aquí que por diversos motivos que en el fondo son muy semejantes, a ningún perro se le ha llamado nunca con los apellidos de Adolph y Iósip.


 Que no se le ocurra pensar al lector que soy un fósil trotskista. Trotsky y  Stalin fueron hombres sedientos de poder, pero el segundo ganó la partida, eliminando por medio del hombre del piolet a su competidor. Hay sobre este tema varios libros. Con entusiasmo recomiendo “El hombre que amaba los perros” del escritor cubano Leonardo Padura Fuentes, lo más excelente que se ha escrito sobre los últimos días de Trotsky. De la misma forma a quien me inquiriese por un libro que trate acerca de la vida familiar de Marx le sugeriría, sin vacilar, la novela “ El señor Marx no está en casa” del autor venezolano Ibsen Martínez que supera con creces en materia biográfico-marxista la obra de Goytisolo “Crónica de los Marx”.

miércoles, 25 de marzo de 2015

POEMAS DE RITA DOVE (Traducción por Raúl Jaime Gaviria)

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 181, marzo de 2015
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo 

Publicación de Revista Asfódelo


POEMAS DE RITA DOVE (Traducción por Raúl Jaime Gaviria)

Oración de Deméter para Hades

Sólo esto deseo para ti, el conocimiento.
Entender que cada deseo tiene un límite,
para saber en que medida somos responsables de las vidas
que cambiamos. Ninguna fe viene sin costo,
nadie cree sin morir.

Ahora, por primera vez
veo claramente el sendero que plantaste,
qué tierra se abrió para dilapidarse,
aunque soñaste con una riqueza
de flores.

                No existen maldiciones - sólo espejos
sostenidos en las almas de dioses y mortales.
Y entonces yo abandono también este destino.
Cree en ti,
continúa - mira adónde te lleva.




La tonadilla

Cuando yo era joven, la luna habló en acertijos
y las estrellas rimaron. Yo era un nuevo juguete
esperando ser recogido por mi dueño.

Cuando yo era joven, puse al día de rodillas al correr.
Había árboles para mecerse, grillos por atrapar.

Era apenas dulce, infinitamente cruel,
seductora y mimada en leche,
quemada por el sol y plateada y costrosa como un potro.

Y el mundo ya era viejo.
Y yo era más vieja que lo que soy hoy.


miércoles, 18 de marzo de 2015

Tres poemas de Yolima Andrea Zuleta

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 180, marzo de 2015
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo 

Publicación de Revista Asfódelo


Tres poemas de Yolima Andrea Zuleta


De otros que no vemos

A uno debería alguien guardarle
un puesto, un lugar en la ausencia,
un sitio en el mundo, entre los libros,
una silla serena en un parque
poblado de árboles en meditación,
a la espera del regreso.

Debería
ese alguien conservar como sagrado
ese espacio en el bus, un rinconcito
en la cama como si estuviese
ya habitado

En consecuencia, tal vez,
uno nunca se iría del todo y quizá
fuera esa la fórmula de preservar
la existencia para siempre.


***


Maneras de acudir al viento
impregnarse en él
fundirse

                   difuminarse
explayarse

Sin mesura
sin carencias
sin deseos ajenos

Regresar liviano a la superficie
del bautizo que nos libera
de lo que fuimos

Caminar ligero liviano
y sin prisa.




Atropos

Cuando ya estábamos fascinados
con nuestros rostros sobrenaturales
los hilos del alma habían tejido
una red invisible entre nosotros
Un ángel desconocido
cortó con un fugaz gesto de dolor
esos hilos preciados de oro genuino
con los que vivíamos en el letargo del amor
Poco a poco dejamos de mirarnos
el destino desapareció
se diluyó en las cartas del oráculo
Amnésicos percibimos en el vacío
algo que nos ronda, nos enloquece
Buscamos en todo rastros de existencia
aquello que fue usurpado
Ahí seguimos en el intento de olvidar
esa sensación de abandono
cayendo sin mesura
en el telar inmenso de la poesía.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Anécdotas literarias con dos Daríos

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 179, marzo de 2015
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo 

Publicación de Revista Asfódelo




Anécdotas literarias con  dos Daríos
Por Hernán Botero.


I

Las anécdotas que se leerán a continuación son, a mi modo de ver, una muestra del modus vivendi de los escritores que las protagonizan y para nada se pretende con ellas juzgar críticamente el valor de sus obras literarias; es decir, son interesantes y divertidas, cada una a su manera, lo cual es índice de su trascendencia.

Debo agregar aquí, que de ambas fui coprotagonista en un breve espacio de tiempo, motivo por el cual no recuerdo el orden en que se dieron.

Comenzaré por la anécdota vivida con el poeta y novelista Darío Jaramillo Agudelo. Se hallaba hace algunos años el excelente escritor, celebrado sobre todo por su poesía amorosa, en Medellín, invitado por la Universidad de Antioquia, para ofrecer una conferencia en el Aula Máxima del Paraninfo, cuyo tema era el de la influencia que había ejercido el modernismo en la canción popular latinoamericana.

Conocía yo a Darío desde la época en que terminaba el bachillerato y yo cursaba, sin el menor gusto, la carrera de derecho, que abandoné al concluir el tercer año de la misma. Darío por esos días ya escribía poesía y era para su edad un lector consumado de buenos autores de la época y de épocas anteriores. Nuestros modos de ser y la voracidad lectora de los dos nos convirtieron en excelentes amigos, y fueron muchos los escritores conocidos por mí que yo le revelé y que él leyó por mi recomendación.

Doy un pequeño salto aquí, hasta el día previsto para su conferencia en el Paraninfo: me encontraba en compañía de mi cara amiga Dora Helena Tamayo, que, al igual que yo, profesaba la docencia en Literatura de la Universidad de Antioquia. Nos encontramos con Darío una media hora aproximadamente antes del tiempo fijado para la conferencia en la llamada Librería del Paraninfo; yo presenté a Dora y a Darío, y nos enzarzamos, mientras mirábamos y ojeábamos diferentes libros en medio de un grato diálogo literario. De repente, Darío nos hizo la señal de que lo esperáramos un momento diciéndome que, al frente de nosotros, había un libro del que, estaba seguro, ni yo tenía noticias. Al momento regresó Darío con el libro en la mano y antes de mostrármelo me dijo:

̶ Vos me diste a conocer en la época en que terminaba mi bachillerato a escritores que me fascinaron como Gombrowicz y muchos otros, ahora me toca a mí darte a conocer uno que con seguridad no has leído. Acto seguido me mostró el libro, se trataba de uno de los tomos pertenecientes al excelente diario del autor español Andrés Trapiello titulado “Salón de los pasos perdidos”. De inmediato lancé una carcajada de agradable sorpresa, abrí mi bolso y extraje otro tomo perteneciente a la misma serie de Trapiello. A mi risa se unieron las de Darío y Dora Helena que, sin salir de su sorpresa, me dijo:

̶Esto no les pasa sino a ustedes.
Salimos de la librería y seguimos comentando, risueños, el insólito caso de los dos libros de Trapiello.

He pensado muchas veces a partir de lo que acabo de rememorar, que esta pequeña historia tiene que ver con tres cosas fundamentales: las afinidades electivas, el poder de la pedagogía viva y amistosa de la literatura y el azar.


II

La segunda anécdota nos traslada al campus de la Universidad Eafit, una tarde en la que el escritor Darío Ruiz Gómez daba lectura, en el Auditorio Fundadores, a un texto que se refería a Baudelaire y a la actualidad de su poesía. Yo estaba presente entre los asistentes por razón de que un amigo me había pedido que lo acompañara a escuchar la disertación de Ruiz Gómez (quien me conoce y a quien conozco) sin que podamos considerarnos amigos.

El texto leído por Darío Ruíz fluía bien, hasta el momento en que leyó, en su texto, lo agradecidos que deberían sentirse los admiradores del grandísimo poeta francés a Daniel Rops, porque en su obra pictórica había logrado plasmar de manera esencial el espíritu erótico de “Las flores del mal”.

Terminada la lectura me acerqué a Darío y lo felicité por su texto no sin dejar de decirle que había confundido al pintor Felicien Rops (amigo de Baudelaire) con Daniel Rops, un escritor católico del siglo XX de mediana calidad  y que escribió unas pocas y más bien mediocres novelas, además de una serie de libros acerca de la biblia. Ante esto Darío Ruiz exclamó, en un tono que denotaba molestia:

̶ ¡Ah! ¡Esta secretaria mía!

miércoles, 4 de marzo de 2015

CINCO POEMAS DE CAI TIANXIN

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 178, marzo de 2015
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo 

Publicación de Revista Asfódelo




CINCO POEMAS DE CAI TIANXIN

Versiones de Raúl Jaime Gaviria


El verano retorna al Sur

El verano retorna al Sur
serpeando a lo largo de la línea costera
El otoño se arrastra deprisa
tomando ventaja en un campo
saturado de hojas secas

Yo escucho la canción del océano
apaciguando con suave voz primigenia

sobre un enorme arrecife ella se desnuda
yo escucho atento, desde mi niñez

el llamado de las estrellas


Un poema

Una
inocente
criatura
tendida
sobre
orillas de arena

en su cabellera
bailan
blancas nubes

devoradas
por el mar


Soñando con vivir en el mundo

Ramajes crecen desde las nubes
Pájaros alegremente vuelan hacia mis ojos
Jardines y nubes de humo vuelan sobre la casa
Ríos corren a través de mis brazos

La luna semeja un zafiro azulado
engastado en un anillo

Yo permanezco en los acantilados del oído
soñando con vivir en el mundo


Poema del pez

Me gusta mirar los autos móviles como palabras
Es fácil cambiar las raíces de las palabras
Haciendo un giro en U, por ejemplo,
Podemos encontrar un adjetivo
Auscultándonos en la carretera
Algunas veces ellas crean
Una frase totalmente nueva
Conduciendo el auto en medio del Pacífico
El agua del mar sabe cómo afinarlas
Nadamos móviles fuera del auto
El poema del pez ha surgido


Luz del sol

El sol es un mango
Que el día corta en rebanadas
Intacta está la noche
Nuestra boca tragaluz del sol
Fortalecido en nuestra sangre
Mientras dormimos sus rayos
Fluyen en nuestras venas
Viajan a través de nosotros
Y en su discurrir se encuentran
Con coágulos de luz