lunes, 30 de enero de 2012

Tres poesías y una lectura crítica



 
GUADAÑAZOS PARA LA                             
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 6, enero  de 2012
Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
Publicación de Revista Asfódelo
Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué
Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com

Tres poesías y una lectura crítica



Reflexión del magno Alejandro
Por: Raúl Jaime Gaviria

Una idea en tanto bella
vale más que mil paisajes
y un hombre cabal
más que mil atardeceres.

Así tal vez pensó el magno Alejandro
al contemplar la exhuberancia
del paisaje jónico
luego de vencer en batalla a los persas.

-Pero no hay nada de bello
en esto de hacer la guerra
ni es cabal como hombre
el guerrero que la hace-
quizás se dijo.

Pudo entonces,
levantando su mirada hacia la tarde,
lanzar una piedra al mar
y hundir sus pies desnudos en la arena.

*******
El esclavo y su lira
Por Raúl Jaime Gaviria

En un jardín romano,
el esclavo  
tañó su ática lira
sintiéndose libre.

Su amo,
el maestro filósofo
no paraba de disertar
con sus discípulos
acerca del alma y sus virtudes
muchas veces exaltado.

El esclavo
proseguía tañendo su lira
en una suerte de arrobamiento
y ya no escuchaba
las voces,
solo a su mar Egeo
que bramaba
acompasadamente
al ritmo de la música
y de su corazón.

El alma no es un concepto,
pensó el esclavo
en su embeleso,
esbozando una tenue sonrisa.

El alma es esto
que siento ahora
y que no puedo explicar.

*******

Polícleto el viejo ante el cielo de Argos

El cielo de Argos visto desde el Monte Apsis aquella tarde
pudo semejarse en belleza a un verso de Píndaro
o a un colorido trazo de Sorolla
de haberse eternizado más allá del instante.

No obstante perdió luz hasta apagarse
en la noche de los tiempos y quedó como eso,
un hermoso atardecer más,un recuerdo bello y fugaz
en la memoria de algún pastor solitario.

Luz que no se desvaneció en el alma de Polícleto el viejo
aquella noche griega
mientras daba forma definitiva,
iluminado por unas pocas velas,
al soberbio Doríforo sujetando airosamente su lanza.

Aquel atardecer fue olvidado como otros miles
que lo han sido desde aquella tarde argiva.
El Doríforo y su creador no lo serán jamás
pues no portan en sí la decadencia de la naturaleza,
no son como aquel paisaje
flor de un instante transformado en olvido.



  • Joaquín Sorolla y Bastida: (Valencia, 27 de febrero de 1863 - Cercedilla, provincia de Madrid, 10 de agosto de 1923) fue un pintor y artista gráfico español. Fue uno de los pintores españoles más prolíficos, con más de 2.200 obras catalogadas. Etiquetado equivocadamente por algunos como impresionista, en realidad su estilo maduro se define mejor como luminista.
  • Doríforo (en griego δορυφόρος, Doryphóros, "portador de lanza") fue una destacada escultura de Policleto, realizada entre los años 450 y 445 a. C.. De esta obra se conservan varias copias de época romana en mármol del original en bronce. La copia mejor conservada se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles
  • Argiva: De Argos o de la Argólida, o relacionado, respectivamente, con esta ciudad y región de la Grecia antigua.
  • Polícleto el viejo: (en griego Πολύκλειτος), llamado «el Viejo» para diferenciarlo de su hijo,1 fue un escultor griego en bronce del siglo V a. C. Junto con los famosos Fidias, Mirón y Cresilas, es el más importante escultor de la Antigüedad clásica. El catálogo del siglo IV atribuido a Jenócrates («Catálogo jenocrático»), que fue la guía de Plinio en materia de arte, colocó a Policleto entre Fidias y Mirón.2 Policleto fue famoso sobre todo por sus estatuas de dioses y atletas realizadas en bronce, aparte de la enorme estatua de la diosa Hera, destinada al culto en el Hereo de Argos.

    Una léctura crítica
    Por: El crítico de la guadaña

    En estas tres poesías, Raúl Jaime Gaviria revive en su espíritu y en su lenguaje la atmósfera social y espiritual de la antigüedad griega. En ninguna de las tres resuena bajo ninguna circunstancia un tono neo-clásico, lo cual viene a desmitificar aquella creencia impuesta por el nihilismo post-simbolista (procedente de quienes se ufanan de ser la punta de lanza de la poesía actual en nuestro medio), de que toda alusión, así sea esta de carácter indirecto implica un pasatismo estético que debería de erradicarse de la poesía moderna.

    Con más derechos que los que se auto-otorga el poeta que crea mundos insustanciales disfrazados de imágenes herméticas; el autor de estos versos no por el hecho de elevarse a la fuente de la poética helénica deja de tener contacto con la sensibilidad del hombre contemporáneo, en tanto que como hijos de occidente que somos nuestra inquietud estética ha de remontarse necesariamente a los tiempos de la antigua Hélade, cosa a lo que algunos poetas de nuestro medio (léase Raúl Henao) que creyendo innovar llegan al extremo vicioso de pretender que es posible aclimatar al español versos tan ligados a una lengua, a una cultura y a unas convenciones métricas rigurosas como lo son los haikus japoneses.

    Visto en rigor puede observarse en las tres piezas poéticas una vigencia temática e intencional que llega hasta nuestros días otorgándole de esta forma una permanencia en el tiempo. Tomemos como ejemplo de lo anterior la poesía titulada Reflexiones del joven Alejandro, en la cual el guerrero que en vida fue este hombre nos conduce a considerar que los guerreros de nuestra época podrían llegar a una experiencia similar a la de Alejandro y que el protopipo eximio del guerrero como lo es el macedonio pudo en determenida situación de intimidad inescrutable sumirse en una reflexión en la cual asumiera como un hecho el sinsentido de toda guerra y de su propia acción como guerrero.Lo que invita tanto al lector como al poeta a imaginar a través de la composición y lectura de la poesía posibles contenidos de conciencia y la etiología de los mismos en los guerreros de nuestro propio tiempo.

    En la poesía “El esclavo y la lira” parece prefigurarse el perfil de algunos músicos callejeros y casi indigentes de nuestros medios y época que al margen de lo que puedan pensar con relación a su marginación social encuentran en la música un solaz y un goce que produce a su vez eco en una sensibilidad estética que en muchos de nosotros no se agota en el deleite que pueda brindarnos un Bach o un Mozart.

    En cuanto a lo versos sobre El Doríforo plasmados en la poesía Polícleto el viejo ante el cielo de Argos debe relievarse la muy acertada compaginación de dos mundos inextricablemente entrelazados entre si y que a la vez se oponen: el de la belleza perenne de la obra de arte y el acto creativo en contraposición a la mutabilidad trágica de lo que en la naturaleza es bello.

    Leyendo esta poesía se siente resonar de algún modo el que es para muchos el más hermoso verso de John Keats: A thing of beauty is a joy forever (Una cosa hermosa es una alegría para siempre) siendo aquí “cosa hermosa” la fusión entre artista y obra en el caso específico de Polícleto y su Doríforo y no la belleza efímera de aquel atardecer en Argos.

    sábado, 28 de enero de 2012

    A Gustavo Alvarez Gardeazábal



    GUADAÑAZOS PARA LA                             
    BeLLA ViLLA            
                    " La literatura a tajo abierto"     

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    Edición No. 5, enero  de 2012
    Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
    Publicación de Revista Asfódelo
    Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué
    Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com

    Carta a Gustavo Alvarez Gardeazábal


    Estimado Gustavo,

    Usted no tiene por qué recordar nada de lo que le voy a contar, puesto que sucedió hace ya muchos años y yo en materia de cronología auto-biográfica no estoy seguro más que de el año en que nací. Estudiaba yo por aquel entonces Filosofía y Letras en la U.P.B. Ya había leído de usted una novela, creo que la primera suya: "La tara del papa" que encontré excelente y que en mi recuerdo me lo sigue pareciendo. Me he preguntado por qué es quizás la única novela suya que no se ha reeditado y la respuesta que me he dado es la de que sobre ella de alguna manera ha caido una interdicción de origen religioso-oficial. Sigo convencido de que esa novela debe de ser reeditada. Mucho admiré también su novela corta "La boba y el buda" que leí en la edición de Colcultura. Como todos los jovenes de mi tiempo leí su libro más celebrado al que encontré más poseedor de atributos propios de la crónica que de la novela, motivo por el cual me pareció que no superaba en calidad a la mágnifica "La tara del papa" y así sigo pensando hasta el día de hoy. Otro libro suyo que leí y encontré interesante es aquel que usted escribió sobre la tragedia de Armero, cuyo título no se me viene a la memoria en este instante. También disfruté mucho con "El bazar de los idiotas" y me gustó la producción televisiva con libretos de Martha Bossio. Le confieso que no he leido toda su obra aunque estoy pensando seriamente en emprender la lectura de "El capitán paraíso" que usted escribió luego de salir de una prisión en la cual nunca debió haber estado. Todo esto se relaciona con el lector parcial pero entusiasta que soy de su obra. Lo que sigue atañe más a lo personal. Usted y yo nos conocimos en la casa del hermano de un amigo común: Antonio Restrepo, mi recuerdo de esa noche es un poco triste. Yo pasaba por una crisis de identidad muy intensa y me sentí opacado y casi anulado por su brillante personalidad, hasta el punto de llegar a pensar: -Gustavo Alvarez Gardeazábal ha de haber creido que yo era un idiota- Por fortuna esa negra época de mi vida a la cual aludo ha quedado atrás y espero que lo mejor y más sociable de mí haya prevalecido hasta el momento. Hay dos cosas más que quiero recordarle: no se por que usted se interesó algún tiempo después por la poesía joven que escribíamos en Antioquia. El caso es que tengo memoria de haber recibido de usted por escrito un concepto muy favorable sobre un breve poema de mi autoría que llegó a sus manos. Lo último puede ser algo que lo llegue a sorprender. De uno de los hermanos Restrepo recibí hace ya muchísimos años en una copia a máquina encuadernada en pasta dura de color negro, una novela inédita suya, cuyo título he olvidado, que leí encontrándole valor y juzgando que merecía ser publicada luego de una cuidadosa revisión por parte suya y sigo pensándolo así. Entiendo que la novela es anterior a la primera que usted publicó y que continúo considerando su obra maestra. Esperé mucho tiempo a que se me reclamara la novela, pero ni directamente ni como portavoz suyo el amigo Restrepo me la reclamó. No crea que después de tantos años su obra inedita se ha extraviado pues todavía obra en mi poder. Al margen de que usted posea otra copia se que lo que le cuento tiene que interesarle. El hecho de que no recuerde el título de la novela se debe a las muchas calendas que hace que la leí, pero sí conservo el recuerdo de algunos episodios muy bien logrados. Quiero que le quede claro que conservo su novela, aunque por ser mi biblioteca muy amplia y caótica, no tengo ubicado el lugar exacto donde se encuentra.. En caso de usted requerirlo no tengo el más mínimo inconveniente en remitirle lo que le pertenece. El hecho que me determinó a enviarle este correo es el haber conocido una crítica suya a la novela de Evelio Rosero "La carroza de Bolívar" próxima a editarse y que encontré de una justeza analítica y valorativa poco común en nuestro medio. La deconstrucción que usted hace de la novela de Rosero a pesar de su brevedad es de una concisión excelente. Aunque yo he publicado poco, he escrito mucho y ahora con las posibilidades que me brinda la tecnología me he lanzado (en labor conjunta con un amigo escritor, poeta y magnífico novelista aun inedito) a la aventura de publicar un blog de crítica literaria llamado Guadañazos para la Bella Villa en el cual pretendemos dar cuenta valorativa de la producción literaria y crítico literaria en los ámbitos regional (antioqueño) y colombiano sin perder de vista el panorama mundial de la literatura. Precisamente ayer colgué un post sobre la problemática de la novela colombiana de la actualidad. Me sentiría muy orgulloso y contento de recibir algún comentario de parte suya acerca del blog y de ser posible y en caso de que halle valor en el, pueda ayudarnos en su difusión a través de los medios a los cuales esta usted vinculado en la actualidad. Estoy absolutamente seguro que este momento por el que atraviesa la literatura de nuestro país requiere de manera urgente de críticos con una capacidad discriminativa ajena a todo tipo de presiones bien sean estas editoriales, amicales o relativas a un gusto subjetivo- solipsista, como es el caso del gusto privado, la autocensura y el nihilismo radical, tipíco de aquel que juzga que lo que se escribe es o bien todo malo o bueno en su totalidad Espero que le gusten nuestros guadañazos que como lo expresamos en la declaración de propósitos de nuestro blog son simbólicos e incruentos, aunque eso sí, nadie que lo merezca va a salvarse de ellos, lo cual no implica que dejemos de reconocer el valor de obras y autores cuando el caso lo amerite. Por último permítame felicitarlo por su labor como periodista cultural, pero con mucho respeto le aconsejaría no abandonar el cultivo de la novela, a usted se le considera uno de los mejores novelistas de su generación. Sorpréndanos con algunas buenas novelas más que nos saquen un poco del ahogo al que estamos sometidos ante la constante frustración que nos produce (y aquí hablo por los lectores en general) la liviana apología de muchas pretendidas grandes obras que acaban por ser, una vez leídas con rigor, fenomenales fiascos siendo el caso de Rosero el último entre tantos (muchos de ellos incluso precedidos de ampulosos premios) que estoy seguro que usted conoce tanto como yo.


    Con un abrazo sincero,

    Hernán Botero Restrepo
    Co-director
    http://guadanazosparalabellavilla.blogspot.com

    jueves, 26 de enero de 2012

    ¿Qué pasa con la novela colombiana actualmente?


     


    GUADAÑAZOS PARA LA                             
    BeLLA ViLLA            
                    " La literatura a tajo abierto"     

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    Edición No. 4 , enero  de 2013
    Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
    Publicación de Revista Asfódelo
    Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué
    Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com

    ¿Qué pasa con la novela colombiana actualmente? (1)

    Hernán Botero Restrepo/ Raúl Jaime Gaviria V.

      Lo que sucede actualmente con la novela colombiana es bastante peculiar. Si el fenómeno tiene homología en la novelística de hoy en otros países latinoamericanos, no lo sabemos con precisión. ¿Pero de qué vamos hablar en concreto? Ante todo de la creación novelística (la cuentística la dejaremos para después, pues en este terreno hay también problemáticas que han de ser analizadas).

    En segunda medida, nos interesa tocar lo atinente a la difusión y crítica de la diversa producción del género en nuestro país. Sería falso el afirmar que en la Colombia de hoy la novela sea un género poco ejercitado, por lo contrario, con regular constancia se editan obras precedidas incluso de una abundante valoración positiva tanto a nivel de crítica como de publicidad editorial, lo que muchas veces conduce a confusión a lectores poco avezados y de precaria condición crítica que en Colombia son amplia mayoría.

    Sucede que esta mayoría a la que nos referimos, tentada por el cebo atractivo de la promoción que hoy en día por lo general está vínculada de manera estrecha, y esto es innegable, al otorgamiento de la amplia y ecléctica gama de premios y premiecillos que pululan en el ámbito de nuestra lengua, esta mayoría reiteramos, queda perpleja ante las supuestas bondades de las obras ultra-promocionadas, rindiéndole pleitesia a ciertos autores que incluso desconfían de la calidad de sus propias obras. Y aquí traemos a colación un ejemplo diciente: el escritor Antonio Ungar ganador del premio Herralde de novela con su libro “Tres ataúdes blancos” en una entrevista otorgada a “El librero” admite sin tapujo alguno que su novela no era quizás merecedora de tan prestigioso galardón, pero que debido al cáracter exótico de su obra y a la debilidad que por ese exotismo existe en Europa le fue otorgado el premio.

    Podríamos decir, echando mano del título de la última obra de teatro de Diderot, "¿Es bueno, es malo?", la mejor que escribió, admirada incluso por Milan Kundera y Hans Magnus Enzensberger, que los lectores a los cuales nos hemos venido refiriendo acaban preguntándose ¿Es bueno, es malo?  

    Del lado de los “iluminados” resulta obligatorio señalar que la mayoría de las críticas y comentarios, ya sea por parte de críticos literarios de oficio, tanto como de comunicadores sociales y periodistas devenidos en críticos, como de novelístas que se ejercitan en la crítica, se desparrama en analisis y elogios hiperbólicos presionados sin duda, bien sea por la maquinaría editorial que de una u otra forma a ellos tambien los mueve (hay que aceitar la máquina debidamente) o debido a las relaciones de cáracter afectivo que ligan a los escritores entre si o simplemente debido a que como críticos no pasan de ser buenos novelistas.

      Un caso extremo de este fenómeno, es el del escritor Héctor Abad Faciolince (autor de novelas de una innegable calidad que van mucho más allá de su éxito comercial como Angosta y El olvido que seremos) al afirmar en una de sus columnas dominicales de “El Espectador” dedicada a la novela “El ruido de las cosas al caer” de Juan Gabriel Vásquez que consideraba que este autor logró con esa obra lo que ninguno de sus colegas nacionales había conseguido a nivel de excelencia literaria, no considerándose el mismo a la altura de la a todas luces desigual obra de Vásquez e incurriendo así en el colmo de la falsa modestia lo que no luce bien en un novelista de gran mérito como Abad Faciolince (de su poesía es mejor no hablar por un elemental decoro). 

    Para rematar esta parte de nuestra disquisición sobre el tema, que apenas se halla en sus albores y que en próximas entregas iremos ampliando, se hace imprescindible puntualizar el que las críticas hiperbólicas en rarísimas ocasiones profundizan en las obras, puesto que para nada se aborda la mínima verosimilitud y coherencia literaria que necesariamente ha de tener una buena novela por más experimental que ésta sea para en rigor ser considerada buena.

    Finalmente hay que resaltar dos cosas: En la gran mayoría de las críticas que actualmente se publican en los diarios y revistas, raramente, por no decir nunca, se ocupan los críticos de la sicología y coherencia de los personajes de las obras, ni mucho menos (y esto como cereza del postre) de la construcción estructural (diégesis) de las mismas. Negándo así de plano toda sustentación crítica real y dejándolo todo al mero arbitrio de una crítica personalista, las más de las veces interesada.

    viernes, 20 de enero de 2012

    Tarde llegó Rimbaud


    GUADAÑAZOS PARA LA                             
    BeLLA ViLLA            
                    " La literatura a tajo abierto"     

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    Edición No. 3, enero  de 2012
    Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
    Publicación de Revista Asfódelo
    Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué
    Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com


    Tarde llegó Rimbaud
    Por Hernán Botero R.


    Tarde llegó Rimbaud
    a predicar su doctrina
    del desarreglo de todos los sentidos.
    Ya en el siglo de oro
    en España,
    Quevedo había puesto el mundo
    cabeza abajo
    al escribir:
    "escucho con mis ojos a los muertos".
    Alguien podría replicarme:
    se equivoca,
    -Rimbaud se refería no a los cinco sentidos
    sino al significado de las cosas-.
    Yo le replicaría:
    Arthur Rimbaud no era tan sutil,
    más reconozco que es usted un lince
    en los achaques de interpretar un texto
    motivo por el cual lo felicito;
    pero eso sí tenga mucho cuidado
    con no pasarse ni de listo ni de lince
    pues a veces al lince más astuto
    se le escapa la presa.

    ¿O estaré errando el tiro?
    Podría ser pero de todos modos
    me gusta más el verso de Quevedo
    y el poema en que se halla
    que cualquier cosa
    que Rimbaud haya escrito.


    martes, 17 de enero de 2012

    ¿Qué pasa con la poesía colombiana en los tiempos que corren?




    GUADAÑAZOS PARA LA                             
    BeLLA ViLLA            
                    " La literatura a tajo abierto"     

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    Edición No. 2, enero  de 2012
    Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
    Publicación de Revista Asfódelo
    Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué
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    Hernán Botero Restrepo/Raúl Jaime Gaviria V.

    ¿ Qué pasa con la poesía colombiana en los tiempos que corren? (1)

    ¿Qué pasa con la poesía colombiana en los tiempos que corren? Esta es una pregunta que muchos se hacen pero que muy pocos se atreven a expresar de manera abierta. Sería muy difícil dar aquí una respuesta exhaustiva a pregunta de tan amplia complejidad. Por el momento nos bastará con esbozar algunos de los aspectos más prominentes de esta problemática.

    Sin pretensión alguna de establecer parámetros jerarquizantes, señalaríamos en primera instancia la falta casi absoluta de reconocimiento de la alteridad y del valor del otro que se ha debatido en el terreno de la creación poética por parte de la mayoría de los poetas de hoy en nuestro país. Y aquí, el otro no se refiere tan sólo al contempóraneo, sino que se extiende retrospectivamente en el decurso de las generaciones de poetas, a los cuales se niega con desdén olimpíco por más que estos hayan realizado aportaciones innegables a la poesía y por lo tanto a la cultura. Un jactancioso egocentrismo lleva a muchos de estos creadores de versos a figurarse que con ellos nace la auténtica poesía, sin reconocer ningún predecesor poético que sea digno de calzarles las sandalias. Como si fuesen paridos por una suerte de perversa generación espontánea, lo fundacional para estos poetas se manifiesta en el mejor de los casos en la eclosión vanguardista europea de las primeras decadas del siglo pasado.  

    Creemos oportuno, para no abundar en ideas de tipo general, ofrecer al menos un ejemplo de esta anomalía: cuenta Gonzalo Arango en uno de sus buenos textos en prosa : "El pasajero de Betania" que su padre solía recitarle unos versos que según Arango eran de Epifanio Mejía y que de hecho no eran de Epifanio. Pero esto no todo, el poema de la imagen del cocuyo fue escrito por un joven poeta: Domingo Díaz Granados, y es un llamado a G.G.G, para que vuelva a escribir, porque este parecía haber abandonado la escritura poética; Gregorio contesta a su admirador con el poema: Por qué no canto, siguiendo fiel y admirablemente la métrica y el tipo de rima de los versos del joven que se títulan: Por qué no cantas. Es obvio que Epifanio Mejía no tiene nada que ver con ninguno de los dos poemas. A continuación y a modo de referencia citamos un fragmento del hermoso poema de Díaz Granados:

    Y el aire llena

    La dulce vibración de tu laúd.

    No hay sombras para ti. Como el cocuyo

    El genio tuyo ostenta su fanal;

    Y huyendo de la luz, la luz llevando,

    Sigue alumbrando

    Las mismas sombras que buscando va.

    Para colmo de la confusión, el fundador del nadaismo malinterpreta la imagen del cocuyo calificándo erróneamente al poema de bucólico, tratándose de un poema de alcance universal que es perfectamente traducible a cualquier idioma e inteligible para todo buen lector de poesía y que alude a la misión del poeta, y a la poesía en su más alta expresión simbólica y en ningún momento trata de evocar imágenes de bucolismo alguno.

    Como este ejemplo, existen cientos, entre ellos el de los que manifiestan sin reato de conciencia estética alguna barbaridades tales como la de que Ruben Darío es un poeta perfectamente prescindible o la de que el primer gran verso de la poesía colombiana lo escribió José Asunción Silva en el Nocturno a Elvira. En una próxima entrega seguiremos ahondando en este espinoso tema al modo de las agudas inquisiciones de Borges.

    sábado, 7 de enero de 2012

    Poem-astro



    *
    GUADAÑAZOS PARA LA                             
    BeLLA ViLLA            
                    " La literatura a tajo abierto"     

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    Edición No. 1, enero  de 2012
    Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
    Publicación de Revista Asfódelo
    Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué
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    Poem-astro


    (Poesía a dos manos por Raúl Jaime Gaviria y Hernán Botero Restrepo)



    Ya no se escriben poesías

    ahora todos son poemas

    aunque sean de dos lineas

    lo cual es tan absurdo como decir que la Odisea

    es una poesía y no un poema.



    Ya no existen poetisas

    ahora todas son poetas

    (voz en off) !vive le feminisme!

    Al menos a ninguno se le ocurre decir que Safo era una gran poeta 

    ni que Sibila de Eritrea no era una sacerdotisa sino una sacerdote.



    ¿Y que decir entonces de los malos vates, hombres y hembras?

    ¿Habremos de llamarlas a ellas poetastras?

    ¿Y a ellos poetisos?

    El mundo de la poesía ha llegado a este colmo y si sigue empeorando,

    prometo  dedicarme a leer tan solo

    a los buenos autores de novelas, ensayos y aforismos.


    ***

    Declaración de  propósitos

    Favor no asustarse con lo de guadañazos. No hemos discutido el tema in extenso pero tenemos

    claro que no estamos de acuerdo con la pena de muerte. Sobra decir que nuestros guadañazos

    son simbólicos, incruentos, travesuras (muy serias eso{sí del lenguaje y la sensibilidad literarios.



    ¿De que vamos a ocuparnos en esta publicación? De la creación literaria tal y como se está

    practicando en nuestro medio, y de la que nos llega de afuera, más allá de los límites de nuestra

    bella villa” y de Antioquia, ya sea de la escrita en español o en cualquier otro idioma a éste tra-

    ducido. Por cierto, de nuestros guadañazos no van a salir indemnes las malas traducciones.



    Sin afán patriotero pero tampoco como odiadores irredentos de lo propio ni de lo relativamente

    extraño en literatura. Nada bueno que nos llegue a casa nos es completamente ajeno … !pero es

    que hasta lo malo que nos llegue desde otros meridianos en materia cultural, tampoco nos es extra-

    ño de modo absoluto! Vamos a ocuparnos de lo bueno, lo malo y lo mediocre, así como de la crítica

    con que sean recibidos.



    Esta declaración de propósitos será sustituida por los comentarios que se vayan suscitando en

    nuestro blog desde este primer número hasta que desaparezcamos de la red, y no necesesariamente

    se tratará de comentarios que nos sean favorables; las críticas negativas, en la medida que estas sean

    inteligentes y justas también serán bienvenidas.



    Queremos aclarar en último lugar que no somos una encarnación de los amigos escritores

    Erckman y Chatrian que escribieron a dos manos tantas novelas, por lo cual en nuestra publicación

    habrán de aparecer de igual manera textos firmados por ambos como por cualquiera de los dos.