martes, 29 de mayo de 2012

Influencia de Dickens en la novelística occidental moderna ( II )

GUADAÑAZOS PARA LA                                
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx
Edición No. 21, mayo de 2012
Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
Publicación de Revista Asfódelo
Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com




Influencia de Dickens en la novelística occidental moderna ( II )

Por Hernán Botero Restrepo

Desplazemonos a Rusia, para recordar la admiración de Dostoievski por la obra temprana —aunque posterior al Pickwick— de Dickens, Almacén de antigüedades, mal asimilada por cierto en su Nietotchka Nezvanova. Comparto plenamente la idea de algunos críticos de que es una lástima que el autor ruso no haya leído las novelas de madurez de Dickens, en las que los personajes criminales, por el tratamiento que les da su autor, habrían en caso de haberlos conocido, aportado esclarecedoras luces a Dostoievski en el ámbito de sus crímenes y castigos.

Vale la pena detenerse un momento en dos grandes novelistas húngaros decimonónicos: Ferenc Herczeg y Kalman Micszáth, dos auténticos virtuosos del subgénero humorístico de la novela. El primero de ellos, parcialmente contemporáneo de Dickens, y el otro posterior a él, y que muy probablemente, esta es mi teoría, recibieron un influjo directo del maestro de Portsmouth.  Esta afirmación la sustento con base en mis lecturas de las traducciones al español de La familia Gyurkovics y de El paraguas de San Pedro, la primera tiene la autoría de Herczeg y la última de Micszáth. Valga aclarar que no se trata más que de una hipótesis si bien no desprovista de sólidos indicios que la respaldan.

Realicemos una breve incursión en el dominio español. En España, el más dickensiano de  los autores decimonónicos es nada menos que el inmenso Benito Pérez Galdós. Lo primero que hay que tener en cuenta con respecto a la relación Dickens-Galdós es que éste, en su juventud, molesto a causa de no conocer el idioma inglés y dado el hecho de que no se hubiera traducido el Pickwick al español, cometió el pecado de traducirlo del francés, pecado que se le condona debido a que su mundo novelístico, especialmente aquel circunscrito al denominado por el mismo “ciclo de novelas contemporáneas”, se encuentra impregnado del imaginario dickensiano, sin por ello perder ni un ápice del talante creativo y original propio del gran Galdós.

Concluimos por hoy recordando que Pío Baroja tenía en la más alta consideración el genio dickensiano. Dentro de su amplia producción narrativa la influencia del escritor inglés se puede apreciar en dos muy buenas novelas Aventuras, inventos y mixtificaciones de Silvestre Paradox y  Paradox Rex. En aras de la precisión, quiero señalar que la presencia de Dickens corre pareja con la de Julio Verne en esta duología barojiana. Finalmente, a modo de dato curioso, vale la pena referirse al brevísimo texto incluido en el  Glosario del catalán Eugenio D'ors, en el que este denigra de manera gratuita y pedante de la obra de Dickens. Ya quisiera el escritor catalán haberse siquiera acercado a la calidad literaria de la considerada novela menos lograda de Dickens Barnaby Rudge.

 P.D – La próxima semana, en nuestra última entrega acerca de la influencia dickensiana en la literatura occidental nos ocuparemos del dominio latinoamericano.