martes, 3 de julio de 2012

Algo va de escritor a literato

GUADAÑAZOS PARA LA                                
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 25, julio  de 2012
Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
Publicación de Revista Asfódelo
Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com

Algo va de escritor a literato
Raúl Jaime Gaviria V.

Existe el escritor y a su vez también existe el literato que escribe. Sin embargo, se trata de dos personajes, si no del todo opuestos al menos radicalmente distintos. Tan sencillo como lo es el hecho de que el escritor aplica su devoción a la escritura y el literato que escribe al aparataje cultural de la literatura. El lego podrá argüir que tanto uno como otro producen material escrito surgido bien sea de la imaginación,  de la experiencia o de la mera erudición, y en eso no dejan de tener la razón. Sin embargo, los objetivos de los dos suelen ir en direcciones contrarias. El escritor de raza, una vez descubierta su vocación, advierte en primera instancia que su aliado principal está en un lector posible y pone en marcha todas sus potencias creativas a tal fin. La escritura para él es ante todo una materia de fe, en la cual él desempeña el papel de "el que crea" y quien lo lee de "el que cree”. El escritor es también un seductor que busca completarse en su lector. El proceso podría muy bien asimilarse a un acto de amor. Sin esta fe y este amor no hay escritura verdadera y es precisamente de aquella de la que carece el literato que escribe. De ahí que éste, al ser esencialmente un ser desconfiado, dada su carencia de fe en la escritura, no pueda producir una obra que se sostenga en el tiempo y tiene que verse sometido por fuerza a convertirse en un simulador.  Es usual ver a estos literatos que escriben desviviéndose por sostener su imagen ante los diversos medios que configuran el que podríamos denominar "establishment cultural". Imagen construida por ellos mismos a través de un sistemático y desgastante esfuerzo sostenido de simulación. Para los literatos que escriben el lector importa poco, o solo importa en tanto éste se convierta en caja de resonancia de su ego. Un ejemplo fehaciente de escritor vs literato son en el caso colombiano las figuras de Miguel Antonio Caro, prototipo del literato consumado, quien reinó en su época siendo considerado una encarnación del humanista integral,  y la de José Asunción Silva que por lo contrario  fue tachado de decadente, amanerado, extranjerista y hasta mal poeta, por aquellos que sostenían el statu quo de la literatura de la época, no solo en Colombia sino en Hispano. América. Pero la mayor tragedia de los literatos que escriben, estriba en que por lo general se trata de seres humanos infelices. El considerable desgaste que implica tratar de ser quien no se es, los transforma en individuos fáciles para el odio y el resentimiento. Por todos lados ven fantasmas y enemigos que en cualquier momento pudieran poner en peligro el edificio intelectual construido por ellos con tanto esmero a fuerza de relaciones públicas y manejos mediáticos. Atacan y se defienden a capa y espada a través de métodos las más de las veces bajos y mezquinos. Afortunadamente, el paso del tiempo, que todo lo puede, termina por develar el poco o ningún valor real de las obras de estos personajes. En caso de no desaparecer del todo, lo cual es harto probable, quedarán como curiosos objetos de museo, observados con atención bajo la lupa de perspicaces disectores literarios. 

P.D.  Con la Academia de la Lengua Francesa (fundada nada menos que por el cardenal Richelieu), la Italiana y la  Real Academia Española sucedió que durante mucho tiempo tuvo por miembros a personajes ajenos a la creación literaria y que eran reclutados por lo general entre miembros de variadas profesiones liberales como médicos, ingenieros ,juristas y predicadores religiosos. Quizás de este hecho provenga esa malsana infiltración de los literatos y académicos dentro del ámbito que les pertenece por derecho propio a los escritores creadores.