GUADAÑAZOS PARA LA
BeLLA ViLLA
" La literatura a tajo abierto"
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Edición No. 46, diciembre de 2012
Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
Publicación de Revista Asfódelo
Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com
Un
necesario recorderis
Hernán
Botero Restrepo
Haciendo un
recorrido por la mayoría de textos literarios dedicados al tema de
los dictadores latinoamericanos, se echa de ver que entre las novelas
que se han escrito sobre ellos, no se encuentran mencionadas algunas,
imprescindibles por la muy temprana fecha de su aparición y por su
gran calidad literaria.
Cabe recordar que
las dos primeras ficciones de esta índole son: “Cabbages and
Kings” del paradigmático cuentista norteamericano O’Henry (1904)
y “La voluntad de vivir” de Vicente Blasco Ibáñez, que fue
impresa en 1907 y cuyos 12.000 ejemplares el mismo autor mandó
quemar. A pesar de esto muchos años después fue publicada. Con lo
cual se demuestra que la novela “Tirano Banderas” de Valle Inclán
no fue la primera en tratar el tema de las dictaduras
latinoamericanas como generalmente se ha afirmado.
La
novela de O’ Henry, no muy extensa, narra la vida en el poder,
hasta su derrocamiento, de un dictador centroamericano y es una obra
–la única novela que escribió el autor- que merece ser tan leída
como sus famosos cuentos. En lo que compete a “La voluntad de
vivir”, tanto como a “Cabbages and Kings” es preciso señalar
que ambas están ambientadas, como muchos años después “El Otoño
del patriarca” (G.G.M), en países tropicales muy convincentes,
así se trate de repúblicas imaginarias.
Más recientemente,
hay que señalar el vacío que la historia y la crítica literarias
han hecho en torno a la novela “Del presidente no se burla nadie”,
obra para nada desdeñable del colombiano Julio José Fajardo
escenificada en Haití. Por otro lado está el hecho de que solo
motivos de corrección política han convertido para los
investigadores en tema tabú la variopinta y carnavalesca (en el
mejor sentido) novela de Reinaldo Arenas “El color del verano” en
la que se satiriza el régimen castrista.
Volviendo a “La
voluntad de vivir” de Blasco Ibáñez, hay que señalar que en el
dominio de las novelas sobre dictadores latinoamericanos, la obra del
autor de “Sangre y arena” resulta atípica, puesto que el
dictador es el narrador en primera persona de la obra (como sucede en
“El Doctor Francia” de Augusto Roa Bastos). En la novela de
Blasco Ibañez el protagonista lo hace a lo largo de los últimos
años de su exilio en París en donde rememora, desde su punto de
vista, su vida como tirano.
Para finalizar, es
importante recalcar que no hay que ignorar que, en el ámbito
latinoamericano también se han escrito obras de ficción y no
ficción de carácter panegírico sobre dictadores, y curiosamente
dos colombianos se encuentran entre sus autores. Las obras “Mi
compadre” de Fernando González, apología del dictador venezolano
Juan Vicente Gómez y “La isla iluminada” de Jose Antonio Osorio
Lizarazo, patético retrato laudatorio de Rafael Leonidas Trujillo.