BeLLA ViLLA
" La literatura a tajo abierto"
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Edición No. 95, agosto de 2013
Directores:
Raúl Jaime Gaviria (revistasfodelo@yahoo.com);
Hernán Botero Restrepo (boterohernan@yahoo.com)
Publicación de Revista AsfódeloRaúl Jaime Gaviria (revistasfodelo@yahoo.com);
Hernán Botero Restrepo (boterohernan@yahoo.com)
Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué (rdlr@une.net.co)
Roberto Bolaño y su
crítica de la novela chilena
Hernán Botero Restrepo
Punto de partida del texto: Entre paréntesis de Roberto Bolaño (Ed.
Anagrama; 2004).
Leyendo su libro póstumo Entre paréntesis, el lector bien
informado, y de solvente criterio crítico-literario, se queda atónito ante el
concepto de la novelística chilena de que hace gala el autor de Los detectives salvajes.
Vamos por partes: en primer lugar, Bolaño
demerita a novelistas como Alberto Blest Gana, Salvador Reyes, Juan Marín, Mariano
Latorre, Eduardo Barrios, Joaquín Edwards Bello, Benjamín Subercaseaux, Pedro
Prado, Juan Emar, Carlos Droguett Fernando Alegría, Marta Brunet, María Luisa
Bombal, José Donoso y Enrique Lafourcade, autores que no son ni siquiera
mencionados en Entre paréntesis y que,
por el contrario, fueron leídos por muy buenos lectores. También fueron objeto,
en su época y hasta hoy día, del estudio concienzudo de los críticos literarios,
sin que hayan sido objeto de menosprecio por parte ni de estos ni de aquellos.
Además de que existen traducciones de la mayoría de ellos a diversidad de
idiomas. Lo anterior constituye una prueba crítico-literaria de que Chile ni
era ni es el desierto novelístico descrito por Bolaño.
En segundo lugar, aparte del
desdén gratuito por estos autores, Bolaño incurre en algo casi peor y es la
aberrante negación de la existencia de la obra mayor de José Donoso Casa de campo. Entre los autores aquí
nombrados y algunos de los nombrados por Bolaño en su libro, este se recrea
hasta la saciedad en ponderar los logros de escritores tales como Alberto
Fuget, Diamela Eltit y Alejandra Costamagna. Hecho que denota un exceso
sospechoso en cuanto al elogio de estos escritores por parte de Bolaño, pues todos
ellos son más o menos sus contemporáneos. Si somos tan ingenuos como para creer
a pie juntillas todo lo que Bolaño escribe, con afirmaciones tales como que
Chile no era un país de novelistas antes de que surgieran él y sus compañeros
de generación, debemos pues, como amigos de Chile y su literatura, alegrarnos
porque dicho país ya no es un “Atacama narrativo” a partir de la llegada de
Bolaño y sus compañeros de generación.
Por último, no se puede dejar de
examinar el caso Donoso: Bolaño hace mención de José Donoso en su libro al menos
en cinco ocasiones, y lo hace para afirmar, sin exponer argumento alguno, que El lugar sin límites es la obra maestra
donosiana. De igual modo, sorprende enterarse de que, según Bolaño, El obsceno pájaro de la noche es una
novela irregular sin que señale en ningún momento donde decae la novela para
poder hablar con fundamento de su carácter irregular. En su paroxismo
anti-donosiano, llega incluso a afirmar que Donoso era presa de un terrible
síndrome de impotencia escritural, lo que le llevaba a un permanente estado de
angustia existencial, y esto lo dice Bolaño con un marcado acento irónico ante
la supuesta falencia de Donoso que hasta Bolaño nadie le había atribuido a
Donoso.
Apostilla:
Aunque el que esto escribe ignora
hasta donde llega el conocimiento por parte de Bolaño de la literatura mexicana,
no deja de ser el colmo del atrevimiento gratuito el que Bolaño considerara a
Carmen Boullosa como la mejor novelista mexicana, pasando olímpicamente por
encima de una escritora tan reconocida como Elena Poniatowska.