BeLLA ViLLA
" La literatura a tajo abierto"
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Edición No. 126, febrero de 2014
Directores:
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo
Publicación de Revista AsfódeloRaúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo
email: revistasfodelo@yahoo.com
Desorden
alfabético por Luis Alberto Arango
Hernán Botero Restrepo/ Raúl Jaime Gaviria
Luego de leer estos
breves e iluminados textos del amigo y
librero sin par Luis Alberto Arango, pertenecientes a su libro Desorden alfabético y que queremos compartir hoy con nuestros
lectores, nos ha sido revelada una elegante escritura que se ocupa de condiciones
y temas humanos tan diversos como el jazz, la melancolía, la creencia, la
escritura y la pobreza. Y lo hace de una manera tan sencilla que solo un
escritor con algo valioso por decir podría lograr. Y es que Luis Alberto nunca ha tenido
inclinación por el oropel del superficial mundillo de los literatos, que
pareciera que no tuvieran otra preocupación que la de estar compitiendo entre sí.
A Luis Alberto eso le importa un comino.
Se trata de textos muy musicales, no en vano
Luis Alberto trasegó por algunos años por los complejos laberintos de la industria
disquera, lo cual contribuyó al desarrollo de un fino oído musical que también
ha logrado plasmar con buen tino en su prosa.
Esperamos que Desorden alfabético no sea la única muestra de ese amplio y acendrado
mundo poético que, desde ya, se vislumbra en la escritura de Luis Alberto y que
ha operado como un refrescante bálsamo en medio de la aridez y mezquindad de
una literatura colombiana plagada de escritores y obras sobrevaloradas e
infladas por los mass-media.
MÚSICA
Primero está el silencio, música celestial. Y
luego la ociosidad de esa membrana o urdimbre llamada oído, totalizadora de
nuestro diario vivir. Y al instante, por supuesto, la armonía y el desorden que
son el mundo circundante, que se vuelve sonido, y que nosotros asimilamos como melodía.
La música está en nuestras papilas, nuestra
piel, cerebro, sangre, en nuestro subjetivo gusto, desde la primera canción de
cuna, si la hubo, hasta el rumor de La Pathetica, la sonata número ocho de
Beethoven. ¿Cuál es la música de los sordos?
CREENCIA
Dañina
inoculación que sujeta y, por ende,
castra al ser pensante. Y tabla de náufrago que contiene toda la perversión o
la quintaesencia de la salvación, de la realización. Es mejor evitarla, pues
con ella es más fácil el naufragio.
La verdadera dificultad no es creer, lo es
descreer.
JAZZ
Precioso bicho que te pica de repente y te
deja sin cura, porque no te interesará sanar. Preferirás vivir enfermo de
sensualidad, informalidad e improvisación –deliciosa anarquía-; cada vez más adicto, más
contemplativo y, es posible, más feliz.
Paliativo contra
la tristeza crónica, el suicidio incluso.
DINERO
Medio que
la mayoría convierte en fin. Cordón umbilical de la humanidad cuya gangrena no
ha logrado extinguirnos, pero que lo hará, sin duda. Su tenencia, su
acumulación excesiva, su adoración, ha reemplazado al dios de las religiones.
Es una religión en sí misma. Es un espejismo brutal. La ceguera que produce es
incurable, no permite ver más allá de la nariz. Los otros elementos han muerto,
son lacayos comprables y suprimibles.