martes, 18 de febrero de 2014

Después del concierto (un diálogo)

GUADAÑAZOS PARA LA                           
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 125, febrero de 2014
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria
Hernán Botero Restrepo 
Publicación de Revista Asfódelo
email: revistasfodelo@yahoo.com









Después del concierto (un diálogo)

Autor:
Hernán Botero Restrepo

Personajes:
Alberto,  Bernardo y  Carolina

Locación y contexto:
Afueras del Teatro Metropolitano de Medellín. Alberto, Bernardo y Carolina acaban de asistir a un concierto sinfónico. Entre los tres cuentan aproximadamente cien años. Son profesores de filosofía en una universidad de nuestra Bella Villa.

Alberto- Un magnífico concierto, no cabe duda. La orquesta estuvo a la altura de las obras.

Bernardo- Yo no conocía Les francs juges de Berlioz y me ha parecido que no tiene nada que envidiarle a El idilio de Sigfrido ni al Egmont de Beethoven ni al Zaratustra de Strauss.

Carolina- Por cierto, a mí se me hace más nietzcheano Berlioz que Strauss, a pesar de su Zaratustra.

Bernardo-   Por algo Berlioz era el compositor preferido de Nietzsche.
 
Carolina-   ¿De veras?... yo no recuerdo eso… bueno, a menos que se diga en las dos obras de Nietzsche, que aún no he leído, Nietzsche contra Wagner y El caso Wagner.

Alberto- Yo leí hace mucho tiempo esas dos obras y francamente no recuerdo si Nietzsche se ocupa de Berlioz.

Bernardo- Yo tampoco he leído los libros contra Wagner, pero en Mi hermana y yo, si Nietzsche en verdad es su autor, se encuentra un elogio insuperable de Berlioz.
 
Carolina- ¡Ese libro es un pastiche que no escribió Nietzsche!

Bernardo-  Pues de ser así es el más grande de los pastiches, pero por no sé qué motivos los nietzscheófilos “serios” no le han prestado la menor atención.   
     
Alberto- Yo tengo todas las ediciones de las obras completas de Nietzsche en español porque no entiendo alemán. — Un taxi, ¡ah está ocupado!  — Y ninguna de ellas incluye Mi hermana y yo.  No, no he leído ese genial pastiche del que habla Bernardo. Pero no nos desviemos del tema, sigamos comentando el concierto. A mí me gustaron todas las obras que se tocaron, pero no creo que Zaratustra hablara como la música de Richard Strauss. Algo esencial acerca de la obra de Nietzsche se le escapó a Strauss.

Bernardo- No estoy de acuerdo contigo Alberto, es más, entre la lectura de Así habló Zaratustra y la audición del poema sinfónico de Strauss, prefiero el segundo.

Alberto- ¡Qué barbaridad estás diciendo Bernardo!

Carolina- Yo pienso, como dijo José María Valverde, que el Zaratustra de Nietzsche se caracteriza por un estilo biblista, hinchado y oratorio. Además, ni los que más han estudiado el zoroastrismo tienen la menor idea de cómo hablaba en realidad Zaratustra.  Ustedes saben que no soy una nietzscheana incondicional. Pensemos en el  übermensch, no posee ni un rasgo de femineidad, es un ente, conceptual y poético si les parece, pero es más un ser super masculino que un super ser humano.

Alberto- Se te subió el feminismo a la cabeza. —Taxi, taxi… paró… Carolina este es el tuyo. Después seguimos con nuestra charla.

(Alberto y Bernardo se despiden de Carolina. Continúan esperando sus taxis y se embarcan en la discusión de si El idilio de Sigfrido es una obra que escapa a la crítica nietzscheana de Wagner. Apenas han comenzado a abordar el tema cuando aparecen dos taxis desocupados. Cada uno toma el suyo. Obviamente se despiden como amigos y colegas que comparten, en diferente grado, la admiración por Federico Nietzsche).