martes, 2 de julio de 2013

"Las reputaciones" de Juan Gabriel Vásquez, una novela irregular

GUADAÑAZOS PARA LA                            
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 88, julio de 2013
Directores: 
Raúl Jaime Gaviria  (revistasfodelo@yahoo.com)
Hernán Botero Restrepo (boterohernan@yahoo.com)
Publicación de Revista Asfódelo
Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué   (rdlr@une.net.co)



Las reputaciones de Juan Gabriel Vásquez, una novela irregular

Hernán Botero Restrepo

No me sumo al coro de los que se han referido a la última novela de Juan Gabriel Vásquez Las reputaciones como a una novela perfecta. Tampoco estoy de acuerdo con Vargas Llosa quien juzga al autor como una de las voces más originales de la nueva literatura hispanoamericana. Esta última salida novelística de Vásquez se me hace una novela irregular, con grandes aciertos pero también con algunas fallas, que aunque no son muchas en realidad, resulta necesario tener en cuenta a la hora de juzgar la obra.
     Me referiré en primer lugar a los aciertos: su prosa tersa, impecable gramaticalmente, el que en la novela se plasme a cabalidad la totalidad intimista del protagonista (el caricaturista bogotano Mallarino), zaheridor lúcido de la actualidad política del país. También acierta el autor en la recreación de la vida amorosa y amical del personaje. Todo esto se despliega a lo largo de las 139 páginas del relato sin morosidades ni prisas que enmarañen o difuminen su unidad.
     En el plano de la reflexión sobre lo que va narrando la tercera persona acierta en todo lo que se refiere al arte de la gran caricatura (la evocación de Ricardo Rendón es magnífica); no menos que lo que son en su intimidad el protagonista y los seres que le son más allegados, ya sea afectiva o desafectivamente. El diálogo es ágil, sin atropellamientos ni circunloquios vanos y el manejo de la trama convincente y efectivo. El elemento dramático, casi trágico, está tratado con la solvencia de un narrador muy capaz. He de referirme a continuación a lo que no encuentro logrado estéticamente en la obra ya que se encuentran en ella lunares que la demeritan.  Paso a señalar los más destacados: ante todo el modo de enfocar un trauma sexual infantil llevando su  rememoración hasta extremos de una extravagancia literariamente inverosímil y el final de desconcierto gratuito de la novela que no creo que logre convencer a un lector exigente.
       Pasando, antes de terminar, a un breve episodio taurino que es narrado en la obra, quiero señalar la estolidez con que el narrador en tercera persona cuenta como un toro fue silbado e insultado por el público. ¡Cómo es posible que la ruindad de silbar y tildar de cobarde a un pobre cornúpeto le pase desapercibida!
          Y para terminar, no he pergeñado estas líneas ni para promover a todo trance la lectura de Las reputaciones ni para que no se la lea.

Apostilla final:

Si el sin disputa grandísimo novelista Mario Vargas Llosa  puede cometer en el plano de la crítica el despropósito de negar hasta el pan y la sal a una escritora tan interesante como Patricia Highsmith (lo hizo en un artículo de Piedra de toque) es susceptible de equivocarse en la valoración hiperbólica que hace de la irregular novela de Vásquez.