lunes, 11 de marzo de 2013

El Dostoievski de J.M Coetzee (primera parte)

GUADAÑAZOS PARA LA                            
BeLLA ViLLA            
                " La literatura a tajo abierto"     

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Edición No. 64, marzo  de 2013
Directores: Raúl Jaime Gaviria / Hernán Botero Restrepo
Publicación de Revista Asfódelo
Colaborador permanente: Rubén López Rodrigué
Correo electrónico: revistasfodelo@yahoo.com

El Dostoievski de J.M Coetzee (primera parte)
Hernán Botero Restrepo

Mi Dostoievski es ante todo el Dostoievski de Baroja que escribió que el autor ruso había desencadenado una tempestad de belleza en el mundo con sus libros, el de George Steiner, en su soberbio Tolstoi y Dostoievski, y el de Edward Hallet Carr en su Dostoievski tan luminosamente decantado hacia lo político.
  No es el detestado y temido por Lenin y Stalin (Lenin dijo que Tolstoi era el espejo de la revolución rusa), por Guerra y Paz, pero eso no es cierto; ese espejo es el Dostoievski de Demonios, que junto a Crimen y castigo fue el más bien poco convincente Dostoievski de Nietzche, que no alcanzó a leer Los hermanos Karamazov, pero sí se dio cuenta de las falencias de El Idiota (que si bien leyó no citó nunca ni para bien ni para mal).
  Mi Dostoievski es también el de Stefan Zweig, tal y como aparece en Tres maestros, compartiendo honores con Balzac y Dickens. Es una lástima que Zweig no haya conocido a Pérez Galdós ni al portugués Castello Branco. De haberlos conocido los tres maestros habrían sido cinco.
  En El maestro de Petersburgo, J.M Coetzee des-rusifica y des-eslaviza a Dostoievski, convencido de que, germanizándolo, su obra se abre en toda su plenitud significativa y poética.
  Dostoievski no comulgaba en general con el nihilismo, pero tampoco con lo que había de hegeliano en Bielinsky, Chernichevski, Dobroliubov –ni siquiera Turgeniev lo haría, y eso que en su novela Humo contrapone la energía alemana a la pasividad rusa.
  Dostoievski estuvo casado con dos mujeres rusas, María Dmitrievna y Anna Grigorievna. Sabemos además que una hija suya escribió un libro sobre él.
  En la pseudo-novela biográfica de Coetzee, Dostoievski, que vive en Baden con la viuda alemana que Coetzee se sacó de la manga, se ve obligado a viajar a Petersburgo para tratar de hacer algo por un hijo que su esposa había tenido con un alemán antes de conocerlo a él, y que estaba acusado de haber intervenido en un acto terrorista cuyo instigador era Nechaev.
  Los premios Nobel que han escrito bodrios como El maestro de Petersburgo, en el caso de seguir todos las huellas del libro que comento, me llevan a pensar que lo mejor sería que ese premio jamás volviera a adjudicarse.

Golpe de gracia
Un Dostoievski germanizado es tan digno de consideración como lo sería un libro sobre Charles Dickens en el que este viviera en Roma, y estuviera casado con una viuda de nacionalidad italiana.
  Sin lo ruso y lo eslavo de Fiodor M. Dostoievski no hay Dostoievski que valga.

Propuesta para los lectores osados
  Puesto que el ser y el no ser, son y no son cada uno más que lo mismo, propongo a quienes ha leído estas líneas y especialmente a los que más admiran El maestro de Petersburgo escribir una novela-biografía en la que Sócrates viva en Susa, Persia, casado con una mujer persa y no con Jantipa, y se dirija al final de la obra a Atenas para tratar de desfacer con su mayéutica un entuerto político.

finis.